LA LUCHA MARAVILLOSISTA LEVITA EN NOSOTReS

peroPERO NO SE MUESTRA ASÍ COMO ASÍ; es una cosa esquiva, dicen, decimos. 

Se dice que el proceso que desencadena el maravillosismo es caprichoso y varía según cada quien y su ánimo;
peroPERO
que habitualmente se presenta dedicando bastantes minutos a la quietud y a la contemplación de un algo.

Así de corto y de salvajemente volcánico es el mensaje,
y así de simple y potente su desencadenado. 

Así me lo contaron
y así lo practiqué. Y tras practicarlo —con la dificultad que estos tiempos de velocidad lisérgica suponen— y dedicarle tiempo a esperar algo de fortuna, se levantó ante mí toda ella —la maravillosidad—, como se levanta un soufflé o se levanta un pene: rápido pero lento.

Y entoncesENTONCES —os lo describo lo mejor que puedo— viví momentos fastuos y me entregué al mecido y despeinado de los vientos, me empapé de ese estado de maravillosismo en el que, durante un tiempo incalculable —mucho pero poco—, alcancé a comprender cosas tanTAN como son los diminutos cerebros de cada uno de tus cabellos rizados o el brillo magnífico de la acera llovida a nuestros pasos; me fascinó la palabra locuaz, me conmoví en ráfaga eléctrica —desde mi culo hasta el hipotálamo— recordando la verdulería de calle en la que compré tomate en rama para la cena. Y en ese maravillosear de tiempo incierto lloré de alegría con el reel de unas hormigas cargando una I mayúscula, hablé por teléfono a tres amigxs y luego me tumbé en la nadería de no hacer nada, pensándote.

¿Por qué titulo esto como lucha maravillosista?

Porque una vez se manchaMANCHA unx de ella, se vuelve unx activiste rebelde del buenrrollismo, mercenarix de la alegría, extorsionadore de la levitación, sacerdota de la buena nueva, vocerx, arlequina, pianisto, amanuense, conspirador, luciérnago, cirujane —traigo loco al corrector—, ilusionador, cocinera, predicador de la maravilla y del maravilloso levitar de la maravillosidad… y paro porque si no no paro.

Ea.

Esto ya está.

Voy a ver si me preparo un yogur con nueces y pongo unos corridos tumbados y traigo a la memoria un beso durante alguna maravillosidad. Sí. Es un buen plan.

////////////////////////////////////////

por benjamín escalonilla